(CNN Español) –– Cuando estalló la guerra de Rusia contra Ucrania, Valeria Gryshchenko, una ucraniana de 28 años de Kiev, nunca imaginó que el conflicto se prolongaría durante más de un año y que su vida daría un giro drástico para proteger su seguridad.
Gryshchenko tuvo quien vive en Ucrania con su novio, Juan Manuel Patiño, un ecuatoriano de 20 años. Ambos dijeron a CNN que decidieron salir de allí tomando un largo camino hacia Ecuador, lo que puso a prueba su amor en el momento más difícil para el país del que partió su historia.
“Era complicado porque me iba a vivir con mi novio o quedarme con mi familia. Los ucranianos no pensaron que la guerra duraría más de tres horas, porque pensaban que era una guerra muy estúpida. Pero él siempre me decía: ‘No, la guerra continuará’”, dice Gryshchenko.
Fue precisamente este regalo de Patiño el que la impulsó a decidir salir de Ucrania y emprender un complicado viaje para tomar un vuelo humanitario que le permitiera llegar a Quito, donde residía la familia de su prometido.
“Todos los ucranianos decían: ‘¿Qué? ¿En serio? ¿Guerra? ¿En el siglo 21? ¿Guerra? De los hermanos, un país. ¿Cómo pueden los rusos de hoy decir que somos un país hermano? Y no entender cómo las personas pueden actuar como animales”, dice Gryshchenko, recordando las preguntas que se hicieron cuando comenzó la guerra.
Los recuerdos más duros en medio del caos

Juan Manuel Patiño, ecuatoriano de 20 años, junto a su prometida Valeria Gryshchenko, ucraniana de 28 años de Kiev. (Crédito: Juan Manuel Patiño y Valeria Gryshchenko)
Gryshchenko tiene estudios en Arte y Cultura y trabaja en una tienda de ropa en Ucrania, mientras que Patiño estudió Arquitectura en Kiev. El ecuatoriano asegura que ella fue su principal apoyo durante los días previos a su salida de Ucrania. Ambos aseguran que nunca olvidarán las imágenes y noticias que vieron y escucharon en medio del día. Se conmovió hasta las lágrimas al recordar una situación que “no podía soportar”.
“Me sentí terrible cuando pensé que el ejército ruso se llevaba a los niños y hacía cosas malas fuera de los sacerdotes. Esto es… No puedo, no puedo ¡Animales! Eso es bueno. Incluso es mejor matarlos que hacer eso. Sí”, dice Gryshchenko al recordar lo que considera la parte más atroz de la guerra.
Patiño recuerda algunas de las imágenes que dicen marcarán al tomar los trenes para movilizarse en su salida de Ucrania.
“La gente se empezó a ir desesperada, pero como de película, yo no lo creía, la gente se caía, pisaba, golpeaba (…) se enrolaban en la guerra. Creo que eso fue lo más doloroso, ver cómo rompían y cómo lloraban, y lo descorazonador que era no saber si volverían a ver el nudo”, relata.
La fuerza del amor en tiempos de guerra
Juntos recorrieron varias ciudades de Ucrania a pie, en tren, en autobús, entre búnkeres, caos y sonidos de alarma. Llegaron a Eslovaquia, luego cruzaron a Hungría y Polonia, hicieron una escalada en España y finalmente llegaron a Quito.
Patiño dice que ruega a la Cancillería de Ecuador que le permitan embarcar en el vuelo humanitario a su novia. Para ello, presente pruebas de su relación y celebre una cita con las autoridades.
“Nos adelantamos a las autoridades, firmamos el documento, nos dimos un beso y todos aplaudieron, parecía una boda”, dice sonriendo al recordar ese momento que les permitió volar en el mismo avión rumbo a Ecuador.
A un año del inicio de la invasión, quiero retomar tus proyectos profesionales. Está estudiando inglés y quiere dedicarse a una peluquería en Quito.
“Me encantó mi vida en Ucrania. Tenía un buen trabajo, muchos amigos y pronto tuve un buen novio. Amaba mi vida en Ucrania y realmente la extrañaba mucho”, enfatiza Gryshchenko.
Recordó que dos días antes del inicio de la invasión rusa, recibió la noticia de que su primo, un soldado ucraniano, había muerto en combate en la región de Donetsk.
Jorge Patiño, sacerdote de Juan Manuel, dijo a CNN que la guerra está causando un gran dolor a quienes han tenido que sufrir y no pueden estar cerca de sus familias para ofrecerles consuelo y apoyo.
En medio de la incertidumbre, la pareja espera regresar a Ucrania para visitar a la familia que dejó allí y viajar a diferentes lugares, con la esperanza de recuperar la paz y la seguridad perdidas por un conflicto que dejó a familias adoloridas y separadas.
Ecuador, el país latinoamericano con más ciudadanos en Ucrania
Ecuador, según cálculos de Cancillería del País, es el país latinoamericano con más ciudadanos en Ucrania, con más de 1.000. Muchos eran estudiantes que tuvieron que modificar sus aviones.
De estos ecuatorianos, 675 más 56 personas de otras nacionalidades regresaron en vuelos humanitarios gestionados por el Gobierno de Ecuador.