Expansión de los BRICS: significado y repercusiones

How Will MENA Membership Shape the BRICS? | ISPI

¿Cuál es el significado de la ampliación de los BRICS?

El término BRICS refiere al grupo de economías emergentes conformado inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En los últimos años, este colectivo ha tomado notoriedad global por su peso económico y político, funcionando como contrapeso a instituciones tradicionales donde predominan potencias occidentales. La expansión de los BRICS implica la inclusión de nuevos miembros, así como la ampliación de su influencia y objetivos. Analizar qué significa este fenómeno requiere explorar su trasfondo histórico, implicaciones geopolíticas, económicas y sociales, así como los desafíos futuros.

Origen y evolución del grupo BRICS

El conjunto BRIC se creó en 2001 después de que el economista Jim O’Neill introdujera la sigla para referirse a economías en desarrollo con un alto potencial de expansión. Sudáfrica se incorporó en 2010, convirtiéndose así el grupo en BRICS. A partir de ese momento, estas naciones han armonizado políticas, fomentado foros de colaboración y apoyado una agenda independiente ante el G7 y otras entidades multilaterales.

No obstante, la realidad de estos países es diversa: China y la India, con poblaciones extensas y economías en rápida expansión; Rusia, significativa por sus recursos energéticos y poder militar; Brasil, potencia agrícola y Sudáfrica, puerta de entrada a África Subsahariana. Con sus diferencias, estos actores comparten el objetivo de remodular el orden global, buscando mayor representatividad, especialmente para países en desarrollo.

¿En qué consiste la reciente expansión?

La expansión reciente no solo sugiere la integración de nuevos miembros, sino una estrategia para reforzar la influencia global colectiva. En la Cumbre de Johanesburgo 2023, se firmó la invitación para países como Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, un movimiento que amplía el alcance geográfico, religioso y comercial del grupo.

Esta expansión convierte al BRICS en un grupo más diverso, con variedad en términos culturales, de recursos naturales y estilos de desarrollo económico. El PIB conjunto de los BRICS expandidos se acerca al 32% del PIB global, sobrepasando al G7 en cuanto a población y reservas de energía y minerales.

Consecuencias geopolíticas del crecimiento

La incorporación de nuevos miembros tiene profundas consecuencias geopolíticas. Primero, establece coaliciones alternativas a los modelos convencionales de poder global, posicionando a los BRICS como un contrapeso real frente a Estados Unidos y la Unión Europea. Países con grandes reservas de hidrocarburos, como Arabia Saudita e Irán, suman poder energético al bloque y pueden influir en los mercados internacionales, en particular petróleo y gas.

En contraste, naciones africanas como Etiopía y Egipto fortalecen la figura del continente africano y promueven la conexión entre África, Asia y el Medio Oriente. La intervención de estos países también incrementa la influencia política de los estados del Sur Global, permitiendo abordar asuntos como el desarrollo sostenible, el cambio climático y la deuda internacional desde un punto de vista menos occidentalizado.

El soft power de los BRICS se intensifica con la incorporación de países reconocidos por su cultura, religión y relevancia en el ámbito diplomático, lo que permite una mayor influencia a nivel global. Esto plantea un reto a la hegemonía informativa, financiera y militar que los bloques occidentales han sostenido tradicionalmente.

Efectos económicos: negocios, finanzas y crecimiento

El ámbito económico es un sector donde el crecimiento genera impactos significativos. El Nuevo Banco de Desarrollo, a veces conocido como «Banco de los BRICS», ha promovido proyectos de infraestructura no solo en sus países miembros, sino también en otras naciones en desarrollo, proporcionando opciones diferentes a entidades como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.

La ampliación del bloque implica una base más grande de mercados, recursos y consumidores. Nuevos miembros, como Argentina o Emiratos Árabes Unidos, diversifican rutas comerciales y fomentan acuerdos bilaterales y multilaterales independientes de monedas como el dólar estadounidense. Esto podría acelerar la tendencia a transacciones en monedas locales, reduciendo la dependencia global del dólar, con implicaciones directas en los flujos de capital y financiamiento de proyectos.

Ejemplos específicos abarcan iniciativas conjuntas en el ámbito energético, como los tratados entre China y naciones árabes para impulsar energías renovables, o la comercialización de productos agrícolas de Brasil hacia mercados emergentes. De igual manera, la cooperación podría fomentar el desarrollo de herramientas financieras innovadoras, como mecanismos distintos de SWIFT para transferencias globales, fortaleciendo la independencia financiera de las partes involucradas.

Retos y conflictos internos

La ampliación enfrenta retos importantes. La diversidad de intereses nacionales, culturas, lenguas y sistemas políticos puede complicar la adopción de decisiones consensuadas. Hay diferencias significativas, como la estrategia de expansión de China y la prudencia de India y Brasil, que están interesados en conservar su influencia dentro del grupo.

Además, la inclusión de naciones con conflictos internos, como Irán o Etiopía, genera tensiones extra y oposición por parte de países externos, como Estados Unidos e Israel, que perciben esta expansión como un posible riesgo. Igualmente, la diversidad de sistemas económicos complica la unificación de las políticas de comercio e inversión.

Otro desafío reside en adaptar la gobernanza interna del grupo, permitiendo que todos los miembros tengan voz y voto sin caer en parálisis decisoria. El grado de institucionalización del bloque será clave para canalizar el crecimiento y garantizar la coherencia de la agenda.

Pensamiento sobre el reciente escenario global

La expansión de los BRICS redefine las coordenadas del orden internacional, poniendo de relieve la emergencia de polos alternativos de poder y cooperación. El crecimiento del bloque indica el descontento existente entre las naciones en vías de desarrollo con la arquitectura global vigente y la búsqueda de nuevas alianzas que equilibren intereses propios frente a las agendas occidentales. Surgirá una etapa de ajustes y negociaciones en múltiples dimensiones, donde la voz de los países del Sur Global se hace más fuerte y relevante, obligando a repensar la gobernanza mundial, las cadenas de suministro y los pactos multilaterales. Cada movimiento hacia la ampliación amplifica tanto las posibilidades como las tensiones y disputas, abriendo un capítulo de incertidumbre y oportunidad en la política y economía global del siglo XXI.

By Ismael A. Acosta J.