Europa se enfrenta a un desafío considerable en el área de las tecnologías cuánticas, según señalan varios especialistas en el sector. La mecánica cuántica, que examina las características microscópicas de la materia, podría transformar de manera radical sectores importantes como la ciberseguridad, la industria, la salud y la defensa. Sin embargo, el continente europeo está en una posición de debilidad frente a naciones como Estados Unidos y China, que están a la vanguardia en el desarrollo y uso de estas tecnologías. La falta de una estrategia cohesiva y la insuficiente inversión privada en Europa son algunos de los elementos que podrían llevar a una situación descrita como un “invierno cuántico”, una coyuntura en la que Europa queda rezagada en esta área tan innovadora.
El avance en la investigación y la aplicación de las tecnologías cuánticas está siendo impulsado principalmente por los modelos privado en Estados Unidos y público en China. Mientras tanto, Europa se ha quedado atrás, a pesar de haber sido el continente donde nacieron los primeros estudios cuánticos a principios del siglo XX. Las primeras teorías fueron formuladas por científicos como Max Planck, Albert Einstein y Niels Bohr, cuyas investigaciones sentaron las bases de esta disciplina. Sin embargo, la falta de inversión y una política coherente han frenado el progreso de Europa en la actualidad.
El informe que analiza este fenómeno hace un llamado urgente para que Europa rectifique su enfoque y busque recuperar la soberanía estratégica en este campo. A pesar de los avances de Estados Unidos y China, aún existe una oportunidad para Europa, especialmente en áreas de alta especialización como los chips cuánticos y los sensores. Estos avances son cruciales para sectores como la biotecnología y la defensa, y aunque la competencia global es fuerte, hay un camino para consolidar el liderazgo europeo en estos nichos.
El estudio también señala las limitaciones que Europa debe superar para mejorar su posicionamiento en el sector cuántico. La fragmentación de las iniciativas, la falta de coordinación entre el sector público y privado, y la debilidad de los ecosistemas industriales son obstáculos que deben resolverse. Se propone una inversión clara en infraestructuras científicas y tecnológicas, así como el fomento de la financiación privada y el apoyo a iniciativas europeas como Quantum Spain y el programa PERTE Chip en España, que ya están dando pasos en esta dirección.
Si bien la computación cuántica recibe gran atención mediática, el campo cuántico es mucho más amplio e incluye áreas como la simulación cuántica, las comunicaciones, la ciberseguridad y la sensórica. Cada uno de estos sectores presenta desafíos específicos que requieren soluciones innovadoras basadas en las propiedades cuánticas de la materia. El impacto potencial de estas tecnologías es enorme, no solo desde el punto de vista económico, sino también en términos de seguridad digital y soberanía tecnológica, áreas en las que Europa no puede permitirse quedar atrás.
De acuerdo con el reporte, el ámbito mundial de las tecnologías cuánticas tiene el potencial de producir hasta 850.000 millones de euros en el futuro próximo. Este monto se debe a usos en sectores industriales, científicos, tecnológicos y de ciberseguridad, todos conectados con la inteligencia artificial. Se trata de un mercado en crecimiento que presenta importantes oportunidades económicas y es esencial para asegurar la autonomía y protección digital de Europa.
Para explotar este potencial, Europa necesita realizar esfuerzos decididos y coordinados. Aunque es la segunda región en términos de inversiones en tecnologías cuánticas, la dispersión de los fondos y las iniciativas continentales obstaculizan el progreso. En comparación, Estados Unidos, con más inversión privada, y China, con una estrategia pública sólida, están avanzando rápidamente. Europa debe implementar un enfoque más definido y centrado, lo que podría no solo mantener su competitividad, sino también restaurar su papel de liderazgo en esta tecnología revolucionaria.