Mié. Abr 24th, 2024

    Llamado a la Tierra es una serie editorial de CNN comprometida con informar sobre los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, así como mostrar soluciones a estos desafíos. La iniciativa planeta perpetuo de Rolex se asoció con CNN para crear conciencia y educación sobre los fundamentos de la sustentabilidad e inspirar acciones positivas.

    (CNN Español) — El Atitlán, considerado por muchos como uno de los lagos más bellos del mundo, enfrenta una dura realidad: el creciente número de deseos que afectan a su entorno. Un grupo de mujeres guatemaltecas decidió poner en práctica este reto sobre sus hombros y trabajar, desde hace más de cinco años, recogiendo residuos reciclables para evitar que lleguen a sus aguas. Así que tu misión es preservar este tesoro nacional.

    El Atitlán, anclado en las faldas de tres volcanes, es el tercer lago de agua dulce más grande de Guatemala, declarado reserva de la biosfera por la UNESCO. Su nombre, de origen maya, significa «el lugar donde los arcoíris adquieren sus colores».

    El Atitlán es considerado por muchos como uno de los lagos más hermosos del mundo.

    La belleza de su entorno la ha convertido en uno de los grandes atractivos turísticos del país y la región. Para quienes viven allí, es mucho más que eso. “El lago de Atitlán es nuestra vida, porque sin el lago no se puede vivir”, resume en diálogo con CNN en español Santos Tepaz, miembro de la cooperativa Atitlán Recicla. El lago, y sus alrededores, es su hogar y también su fuente de alimento.

    Pero se enfrenta a un gran reto: la creciente cantidad de residuos que acaban allí, afectando la calidad del agua y la biodiversidad del entorno.

    Un grupo de mujeres decidió actuar ante esta realidad. El resultado es Atitlán Recicla, una organización que hace aproximadamente seis años recolectó alrededor de 1.500 toneladas de materiales reciclables del propio lago y las comunidades que lo rodean.

    “Inició en 2017 como un proyecto con dos objetivos principales: uno social, que es generar fuentes de ingresos y empleo para las mujeres de la región, para las mujeres de la cuenca del lago de Atitlán, y otros ambientales, que se pueden preservar y preservar. el lago”, explica Darlyn Salguero, gerente de Atitlán Recicla.

    No se siente el trabajo que se está haciendo por 61 mujeres. Recorren, calle por calle, viviendas, centros educativos y comercios. Recoger los materiales que puedan ser reciclables y, además, realizar labores de sensibilización entre los vecinos.

    La labor de la cooperativa es la gestión de residuos y la sensibilización de la población local.

    “Se ha fortalecido la conciencia y educación ambiental, pero también se han dado alternativas a la población para poder retomar esta cadena de reciclaje”, dice Salguero.

    Separa las piezas según el material del que se componga —por ejemplo, PET, cartón o vidrio— y lava las piezas a mano, dejándolas listas para venderlas a plantas de reciclaje, donde continúa el proceso para que puedas utilizarlas.

    En 2021, la iniciativa se convirtió en una cooperativa de mujeres recicladoras, que según Salguero es la primera de estas características en toda Centroamérica. Su objetivo a futuro es poder dar un mayor valor añadido a estos materiales, para que se puedan vender los mejores frutos.

    Un proyecto con clave de género

    Atitlán Recicla también se ha convertido, según algunas de sus integrantes, en una herramienta para el empoderamiento de las mujeres que viven en una comunidad en la que, explican, hay «mucho machismo» y las mujeres pueden convertirse en un factor limitante para acceder a oportunidades laborales.

    “Hayudado a las mujeres de la región en temas de empoderamiento, en temas de trabajo en equipo, de liderazgo, ser agentes de cambio dentro de sus comunidades, generar fuentes de empleo y sobre todo crear conciencia en la población”, dice al respecto. sauce

    En una región donde las mujeres han enfrentado muchas veces mayores dificultades para integrarse al mercado laboral, Atitlán Recicla les ofrece una oportunidad.

    Las mujeres que participan en algunos casos también tienen otros oficios, como artesanas o tejedoras, que siguen trabajando. Su trabajo con los deseos se ha convertido en una segunda fuente de ingresos cada vez más constante.

    Para Tepaz, la misión es clave. Así como el lago es tu vida, dado que cuidarlo es tu deber. “Es nuestra responsabilidad cuidar también nuestro medio ambiente”.

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