Mar. Abr 16th, 2024

    Llamado a la Tierra es una serie editorial de CNN comprometida con informar sobre los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, así como mostrar soluciones a estos desafíos. La iniciativa planeta perpetuo de Rolex se asoció con CNN para crear conciencia y educación sobre los fundamentos de la sustentabilidad e inspirar acciones positivas.

    (CNN Español) — A pocos kilómetros de la ciudad de Iguazú, en el noreste argentino, una obra monumental ha permitido enfrentar un desafío urgente en la región: detener el atropello de una fauna silvestre que se cuenta por kilómetros al año y que pone en peligro especies como los emblemáticos jaguares.

    Junto con la caza furtiva y el mascotismo —cuando la gente gruñe a los animales salvajes en sus casas como si fueran compañía—, el atropello es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la fauna de la religión.

    “Las rutas por el cerro, por la selva (…), cortando el paso de nuestra fauna”, explicó a CNN Dante Di Nucci, veterinario del refugio GuiráOga. No es solo una enfermedad: en las calles de Misiones cada año mueren alrededor de 5.000 animales en accidentes automovilísticos, según organizaciones consultadas por CNN. En su refugio lo sabe bien porque allí se dedica, precisamente, a rehabilitar monos, dantas, osos hormigueros, pumas, yaguaretes, tortugas y lagartijas que, en muchos casos, fueron víctimas de accidentes.

    “El pisoteo de la fauna, además de otros problemas como la caza furtiva, suponen un grave riesgo para muchas especies, como es el caso del yaguareté” (el felino más grande de Américamencionado por la pérdida de hábitat y que desapareció de un gran porcentaje del continente), explicó a CNN Emiliano Salvador, vocalista de la Fundación Vida Silvestre.

    El Ecoducto de Iguazú

    Este ecoducto, construido a pocos kilómetros de la ciudad de Iguazú, es un paso hacia la fauna emblemática de la zona.

    Una de las formas en que la región enfrentó el problema fue realizar obras en las vías aéreas y subterráneas para facilitar el paso de los animales. Actualmente existen al menos 32 estructuras que ayudan a la especie a moverse por diferentes zonas sin entrar en contacto con el tráfico rodado.

    La obra más emblemática es el ecoducto ubicado entre los municipios de Andresito y San Antonio, sobre la ruta 101, a pocos kilómetros de Iguazú. El ecoducto tiene la particularidad de recrear la continuidad de la selva sobre el final del recorrido, con un resultado que los actores locales vinculados al cuidado de los animales destacan como muy positivo.

    “A medida que los animales iban detectando este paso y se iban acostumbrando, y el ecoducto se iba reforestando, la cantidad de especies e individuos que pasaban por él iba aumentando”, explicó a CNN Guillermo Gil, biólogo de Parques Nacionales.

    La elección del sitio no es casual: la obra une dos parques provinciales que se encuentran a un lado y otro de la ruta. Y también están cerca de una de las grandes maravillas de la naturaleza de la región, las Cataratas del Iguazú, ubicadas en el parque homónimo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984.

    El compromiso por la educación

    Los lugares coinciden en que, además de cualquier trabajo que se pueda realizar, la clave está en una buena educación que fomente la convivencia armónica entre la población y la vida silvestre.

    El control de velocidad puede ser diferente de las teclas para combatir este problema. Para los lugares, lo más importante es mejorar la educación para la convivencia entre humanos y fauna silvestre.

    Hay organizaciones locales que trabajan en esta dirección con niños y los resultados parecen claros. «Muchas veces los niños van con sus papás en los vehículos y les dicen ‘papá, papá, vamos más rápido’. Estás yendo muy fuerte, cuida a los animales’”, dijo a CNN Mara Anfuso, coordinadora del refugio GuiráOga.

    La reducción de velocidad en estas rutas sería, según los especialistas, una punta de lanza para solucionar el problema. “A menor velocidad uno tiene mayor tiempo de reacción, mayor visibilidad y el animal también tiene más tiempo para pasar”, explica Gil.

    Los pasos exclusivos para la fauna, la educación y una mayor conciencia de la velocidad dan, en definitiva, un mensaje en el mismo sentido sobre las especies que habitan en Misiones. Es el mismo mensaje que se lee en los carteles de las calles: pisotearlos es extinguir.

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