Mar. Abr 16th, 2024

    (CNN Español) — Tierra, bolsas degradables y aluminio. Tres materiales, baratos y ampliamente disponibles, son los ingredientes principales del superadobe, que pueden revolucionar la construcción de viviendas al tiempo que protegen el medio ambiente.

    Del adobe al superadobe, ¿qué cambia?

    Puede que nunca hayas oído hablar de superadobe, aunque seguro que conoces el adobe.

    El adobe tradicional se forma mezclando tierra con determinados arcos y arenas y añadiendo otros elementos como paja, estiércol de animales o pelo, elementos que pueden variar según el territorio. Es el material de construcción tradicional por excelencia, que ha ido quedando relegado con la invención de otros materiales como el hormigón o el cemento.

    El superadobe, en cambio, necesita tres materiales principales: tierra, bolsas degradables y alambres. “Es una técnica de bioconstrucción que consiste básicamente en remover la tierra, una tierra cercana al adobe tradicional, en costillas, mangas de polipropileno. Luego se compacta, se amontona y se interpone una línea de alambre de espigas para formar una estructura abovedada, como un huevo, digamos”, explica Adriana Fernández, especialista en bioconstrucción, a CNN en Español. Luego se genera una “capa de protección”, que puede ser tierra con paja, piel o arcilla, y luego se le agrega una capa de cal.

    La construcción con suberadobe tiene, según Fernández, tres grandes ventajas: es barata, accesible y ecológica.

    Esta es una técnica respetuosa con el medio ambiente por dos razones. Por un lado, no genera residuos; y por otro lado, requiere un consumo de energía muy bajo. Como resultado, la cubierta de carbono de la construcción con superadobe es más pequeña que con otras técnicas. (Y el caparazón de la construcción no es desdeñable: el 17,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la energía utilizada para construir edificios, mientras que el cemento representa el 3%, según datos de Our World in Data)

    Otra ventaja es que es una técnica fácil de aprender, según Fernández, quien trabaja en SuperAdobe México, un grupo que busca difundir la autoconstrucción a través de este mecanismo. Según los expertos, una persona capacitada trabajando junto con una cuadrilla de tres o cuatro más puede construir un domo centillo en cinco semanas. En otras palabras, en un mes puedes hacer una casa con tus propias manos. Y el tiempo de vida útil, con el mantenimiento correspondiente, puede ser de hasta 200 años.

    De la NASA a territorio mexicano

    El superadobe se inventó en la década de 1970. Detrás de su creación está el arquitecto Nader Khalili, a quien la NASA le encargó trabajar en un sistema constructivo que requiriera un mínimo de materiales y pudiera implementarse en diferentes terrenos. Por eso si dieron cuenta que el superadobe tenía muchos beneficios, por ejemplo ser un sistema antisísmico, que brinda confort térmico y acústico y protección contra huracanes.

    “Con el superadobe se puede construir a partir de una casa unifamiliar —que es un domo con su sala, cocina, baño, etc.— múltiples domos tipo colmena para una comunidad completa”, dice Fernández. Se puede utilizar en cualquier región, aunque la mayor viabilidad se encuentra en las zonas rurales.

    Lograr un sistema constructivo barato y sencillo es clave en México, donde el problema de la falta de vivienda es Más del 25% de la población viven en edificios con algún tipo de riesgo o finca, según datos del Gobierno de 2021. Este porcentaje se traduce en una cifra penosa: más de ocho millones de viviendas con cuidados.

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