Este fin de semana llegan a El Salvador los cadáveres de siete personas que fallecieron en una estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, producto de un incendio que dejó 40 muertos y decenas de muertos. El gobierno salvadoreño considera lo ocurrido como un «crimen de Estado» y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, respondió que la muerte de décadas de migrantes fue «muy lamentable» y que entiende que las autoridades salvadoreñas «deben proteger la vida de tus conciudadanos».