Vie. Abr 26th, 2024

    (CNN Español) — la justicia de Nicaragua condenó esta semana a Monseñor Rolando José Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, Nicaragua, a más de 26 años de prisión por delitos como irrespeto al Estado de la República y a la sociedad nicaragüense y por ser presunto autor de la propagación de noticias falsas . Al ocuparse de la defensa, el obispo no se defendió de las acusaciones.

    El magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Corte de Apelaciones Uno en Managua, leyó la sentencia del prelado, quien se encuentra detenido desde agosto pasado. El presidente Daniel Ortega informó que eran jóvenes de la cárcel nacional que Álvarez se negó a abordar el avión con los 222 presos que fueron expulsados ​​de Nicaragua a Estados Unidos, y donde el gobierno de ese país anunció luego que les otorgaría un permiso humanitario. . .

    La pena más severa contra Álvarez fue de 15 años de prisión con inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en nombre del servicio al Estado de Nicaragua o cargos de elección popular y pérdida de sus derechos cívicos. El magistrado explicó que esta pena corresponde al delito de menoscabo al Estado de la República ya la sociedad nicaragüense.

    Asimismo, el prelado —al igual que los 222 presos que fueron expulsados ​​este julio— se ha despojado de su nacionalidad nicaragüense. Según los testimonios de los excarcelados que llegaron a Estados Unidos, a todos se les negó el derecho a tener un abogado.

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    Además, según la sentencia leída, se leyó otra condena de cinco años de prisión y multa equivalente a US$ 1.551 por la supuesta propagación de noticias falsas.

    En la audiencia celebrada en el Complejo Judicial de Managua, con Álvarez sentado solo en la sala, se dictó otra sentencia de cinco años y cuatro meses de prisión por entorpecimiento de funcionamiento en perjuicio del Estado de Nicaragua. Finalmente, otro año de prisión por ser autor de desacato a la autoridad.

    Según el tribunal, Álvarez tendría que cumplir las condenas de forma sucesiva, sumando una pena de 26 años de prisión y cuatro meses de prisión.

    El 19 de agosto, Álvarez fue sacado a la fuerza por la Policía de Nicaragua de la sede episcopal, donde pasó 16 días sentado con algunos de sus compañeros, luego de ser trasladado a Managua.

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